viernes, 1 de julio de 2011

Apoyemos a Aung San Suu Kyi‏



Publicado: 1 Julio 2011

El futuro de la defensora de los derechos humanos Aung San Suu Kyi, y su importante movimiento por la democracia en Birmania, está en la cuerda floja esta semana. Pero nuestra ayuda puede marcar una diferencia. Suu Kyi le ha pedido valientemente al régimen militar birmano que libere a miles de monjes y pacíficos defensores de derechos humanos que actualmente siguen detenidos en horribles prisiones. Algunos incluso están hacinados en celdas para perros. Como nunca antes, miles de birmanos han expuesto su propia seguridad para unirse al llamado por la libertad de Suu Kyi a través de una petición en internet. Pero ayer el gobierno le envió una advertencia escalofriante a Suu Kyi y en estos momentos los Generales del régimen militar podrían estar decidiendo entre entablar un diálogo, o emprender otra brutal represión contra estos ciudadanos. Nuestra ayuda es vital. Los activistas en Birmania le han pedido ayuda al mundo diciendo que la presión de la comunidad internacional es crucial para prevenir la violencia y para la liberación de los presos políticos. Apoyemos a Suu Kyi y a los valientes birmanos, firmando su petición y enviándola a los gobiernos de la UE, India y a otros estados que puedan presionar al régimen.


En noviembre de 2010 Aung San Suu Kyi fue liberada luego de permanecer 15 años detenida. Su liberación fue exitosa gracias a la presión internacional que incluyó una masiva campaña de Avaaz. Pero más de 2000 presos políticos siguen detenidos en cárceles mugrientas. Algunos están hacinados en celdas para perros llenas de piojos que antiguamente eran utilizadas para los perros de los militares.

Desde que volvió a la libertad, Suu Kyi ha consultado ampliamente al pueblo birmano y ahora está presionando por la liberación de los presos políticos como parte de una estrategia más grande para impulsar un cambio de régimen en su país. El futuro de Birmania podría depender de la respuesta del régimen a este llamamiento.

Suu Kyi lideró el partido político que ganó las últimas elecciones realmente democráticas de Birmania en 1992. Tras un golpe militar, ella y los valientes birmanos han emprendido un movimiento no violento por la democracia y los derechos civiles, enfrentando intimidaciones, torturas y asesinatos. Mientras tanto, la junta militar, bajo presión por problemas económicos, sanciones internacionales, y luchas internas, ha intentado montar una falsa democracia. Pero el movimiento de Suu sigue prohibido y su campaña por la liberación de los presos políticos será determinante para evidenciar si los Generales permitirán un cambio real en el país. Birmania ha sufrido por mucho tiempo. Apoyemos a esta admirable mujer y ayudémosle a que abra un camino hacia la democracia en Birmania. Firma abajo y reenvía este correo a todo el mundo: ¡Haz clic aquí para firmar la petición!

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