lunes, 27 de diciembre de 2010

Electricidad y magnetismo



Ana Cuéllar. 2010

La electricidad y el magnetismo o el fuego y el agua, son dos fuerzas aparentemente opuestas.
Casi siempre la personalidad es dominada por una de la dos fuerzas.
Debemos aprender a controlar y orquestar la actividad simultánea de mente y cuerpo, manifestación física de los dos principios básicos que componen toda forma: fuego y agua.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Los demonios del hombre autónomo y la hybris prometéica

"Un hombre, una célula;un conjunto de células, una ciudad". Le Cobusier 1929



"La ideología racionalista, totalitaria y antirreligiosa subyace en la evolución del hombre autónomo configurado tras la Revolución francesa, cuyo cenit se alcanza en pleno siglo XX con los campos de exterminio, la ingeniería social y la deshumanización del hombre".

Gabriel Moreno González

Artículo completo en:
http://serbal.pntic.mec.es/AParteRei/moreno72.pdf
http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/

Escenas japonesas


Acrílico en papel, 46x33cm. 2010

Pasiones de invierno


Acrílico en papel, 33x46cm. 2010

Paseo por la arboleda


Acrílico en papel, 33x46cm. 2010

sábado, 25 de diciembre de 2010

Significado de los planetas desde la astrología esotérica

Júpiter:Júpiter es un planeta muy asociado con el crecimiento de la sabiduría y la expansión de conciencia. Los psicólogos esotéricos están siempre alerta a las maneras de ofrecer a sus clientes vías crecimiento, incrementada amplitud de comprensión, y la oportunidad para una vida más plena. La posición de Júpiter en la carta astrológica indica el método por el que la amplia perspectiva y visión del Self Transpersonal puede gradualmente reemplazar la visión bastante limitada del self personal inferior. La influencia de Júpiter expande el 'alcance áurico' de un individuo, por así decirlo, y promueve el proceso de fusión personal/transpersonal a través del ensanchamiento de la perspectiva del individuo. Posteriormente, Júpiter promueve la fusión del Self Transpersonal con la Mónada. Esotéricamente, Júpiter siempre promueve fusión.
Júpiter , que actúa como agente de distribución del segundo Rayo de Amor-Sabiduría, es el regente ortodoxo de Sagitario y Piscis, el regente esotérico de Acuario y el regente jerárquico de Virgo.

Saturno:Saturno es el planeta que indica uno de los métodos más importantes por el que el Self Transpersonal pone a prueba la idoneidad del ego personal para una ulterior recepción de influencia transpersonal - el método de adversidad o resistencia. La Ley de la Evolución demanda que la cualidad transpersonal sea expresada efectiva y concretamente a través de los cuatro campos inferiores personales. La influencia de Saturno aterriza esa expresión; fuerza a cada individuo a hacer reales, concretas y prácticas todas las ideas e influencias que emanan de la dimensión transpersonal. La personalidad a menudo experimenta este proceso de aterrizaje como adversidad o resistencia. Si, por ejemplo, una idea inspirada no ha sido expresada apropiadamente en la forma, la continua infusión de más energías dinámicas e ideas inspiradas solo puede ser destructiva. Saturno, por tanto, ayuda (virtualmente fuerza) al individuo a crear un fundamento sólido y estable de realizaciones personales tangibles, de modo que una fresca entrada de influencia transpersonal no sea disipada. Saturno es también el agente de la Ley del sistema solar (aplicada a través de la voluntad del Self Transpersonal), forzando a todos los individuos, en toda su extensión, a conformarse - a mantenerse dentro de unos límites determinados divinamente. De manera significativa, Saturno está estrechamente asociado con la Ley de la Economía. Saturno, que actúa como un agente de distribución del tercer Rayo de Inteligencia Activa y Adaptación, es regente tanto exotérico como esotérico de Capricornio y el regente jerárquico de Libra.

Urano:Urano es el planeta que indica el poder del Self Transpersonal para quebrar estructuras restrictivas dentro de la vida personal inferior. Bajo la influencia relampagueante de Urano, el Self Transpersonal puede reestructurar y transformar la vida personal para que se convierta en un verdadero reflector de la cualidad transpersonal. El impacto de ideas brillantes e intuitivas desde la mente superior revela todo desde una nueva perspectiva de comienzo. Por tanto, Urano es el relámpago que ilumina el futuro y demanda que el individuo inicie y cree lo nuevo. Dondequiera que Urano se encuentre en la carta astrológica, se le dará un total predominio al impulso renovador.
Urano, que actúa como agente distribuidor del séptimo Rayo de Orden Ceremonial y Magia, es el regente ortodoxo de Acuario, el regento esotérico de Libra y el regente jerárquico de Aries.

Neptuno:Para el astrólogo-psicólogo esotérico, Neptuno es el medio por el que la divina compasión y el amor universal entran en la esfera personal inferior. En esoterismo, la intuición es algo diferente de lo que uno podría esperar. La intuición es la facultad por la que se alcanza la conciencia de la unidad - el estado de conciencia bien comprendido por los místicos de todas las épocas y tradiciones. La facultad intuitiva es llamada "buddhi", y es la facultad que, en su esencia, descansa más allá del campo del Self Transpersonal. Es Neptuno quién capacita al individuo a comenzar a coordinar el "vehículo búddhico", o campo de fuerza de la intuición. Más aún, Neptuno representa ese estado de inclusividad que disuelve todos los límites arbitrarios creados por las facultades mentales concretas. En un sentido de la mente se dice que es "el asesino de lo real". Neptuno, sutilmente, mata al matador negando todas las distinciones mentales arbitrarias. En la vuelta superior de la espiral, existe un sentido en el que Neptuno es el portador de la belleza trascendente (representando así la cualidad final en la trinidad de lo Bueno, lo Verdadero y lo Bello). Neptuno es asociado con las más altas funciones de la imaginación, a través de la que los individuos pueden situarse a si mismos en contacto con el dominio transpersonal, y sondear su belleza.
Neptuno, que actúa como agente distribuidor del sexto Rayo de Idealismo y Devoción, no es el regente ortodoxo de ningún signo, aunque tiene una relación especial con Piscis. Neptuno es tanto el regente esotérico como jerárquico de Cáncer.

Plutón:En astrología esotérica, Plutón no es un planeta sagrado, y está por tanto más relacionado con la esfera personal que con la transpersonal. Sin embargo, Plutón tiene una gran utilidad ejecutando las instrucciones del Self Transpersonal, porque purifica al Self inferior de todos los obstáculos para la infusión del alma. Plutón está muy asociado con el poder kundalínico residente (de acuerdo al esoterismo) en la base de la columna. Una vez que Plutón ha purificado la "región del Tártaro" - los residuos inconscientes acumulados durante muchos ciclos de vida individual - es instrumental elevando las extraordinariamente poderosas energías inferiores del aspecto material de la personalidad para que quede totalmente disponible al Self Transpersonal. Pluto trae la muerte de todas antigua obstrucción, y elimina todos los venenos (físicos o psíquicos) del sistema de energía humano. La posición de Plutón en la carta astrológica indica dónde drásticas 'muertes' (separaciones) y renacimientos pueden ocurrir; dónde la "hidra" personal puede ser encontrada y encadenada; y dónde, consecuentemente, el Self Transpersonal puede encontrar el camino despejado de todos los escombros y 'basuras' personales. Revitalizaciones y re-energetizaciones asombrosas pueden tener lugar como resultado del trabajo de Plutón en la personalidad.
Plutón, quién actúa como agente de distribución del primer Rayo de Voluntad y Poder, no es el regente ortodoxo de ningún signo, pero tiene una relación especial con el signo de Escorpio. Plutón es tanto el regente esotérico como jerárquico de Piscis.

Tierra: La tierra es raramente mencionada en los cálculos de la astrología exotérica y mundana, pero tiene importancia central en la vidas de los seres de la Tierra. Debido a que somos habitantes de la Tierra, e íntimamente una parte de su sistema vital, es algo más difícil evaluar su importancia astrológica. Como Marte y Pluto, la Tierra no es un planeta sagrado, y su influencia está por lo tanto más relacionada con el self personal que con el Transpersonal. En la carta astrológica se considera a la Tierra como si estuviera opuesta al Sol. Se dice que el estatus del Sol en la carta indica la naturaleza y la condición de la vitalidad del individuo; es muy probable que la Tierra esté implicada en esta indicación. La personalidad de tercer rayo de la Tierra está directamente relacionada con el principio de actividad, que en si misma es una buena medida de vitalidad. Como sabemos a través del ocultismo, existen dos categorías de prana, una más asociada con el Sol y la otra con la Tierra. La Tierra podría muy bien estar relacionada con el centro etérico del bazo a través del que la vitalidad pránica es acumulada. La condición del eje Sol Tierra en la carta puede indicar la condición de la vitalidad personal (especialmente física) del individuo. Esto es una importante consideración al evaluar la facilidad o dificultad con la que el Self Transpersonal puede expresarse a si mismo a través de la personalidad. Una vitalidad insuficiente, o una vitalidad excesiva mal distribuida puede frustrar las intenciones transpersonales. Una vitalidad abundante y bien regulada es un definido favor para el cumplimiento de los designios arquetípicos del alma. La Tierra que actúa como agente distribuidor del Tercer Rayo de Inteligencia Activa y Adaptabilidad, es el regente esotérico de Sagitario y el regente jerárquico de Géminis. No rige ninguna constelación desde el ángulo ortodoxo.

José Antonio Rodríguez,
Diplomado API
En:http://personales.ya.com/mystical/articulos/RODRIGUEZ/planetas2.htm
http://personales.ya.com/mystical/articulos/RODRIGUEZ/planetas.htm

domingo, 19 de diciembre de 2010

SURREALISMO; MAGIA Y MISTERIO

El surrealismo ha constituido la vanguardia artística más numerosa, original y persistente del siglo XX. Pintores como Salvador Dalí, literatos como André Bretón, fotógrafos como Man Ray, cineastas como Luis Buñuel, ideólogos comunistas como Louis Aragón o fascistas como Ernesto Giménez Caballero, prolongaron su actividad entre los años 20 y la década de los 70: medio siglo es mucho para un mundo que contempló una sucesión vertiginosa de movimientos artísticos que apenas lograban permanecer en el candelero unos pocos años.
La diferencia entre el surrealismo y otras vanguardias artísticas consistió en que hundió sus raíces en el mundo mágico y paranormal: escritura automática, astrología, interpretación de los sueños, hipnosis, oui-ja, mediumnidad, todo ello fue incorporado al método creativo surrealista. No es raro que sus producciones oscilen entre el misterio y la locura.
La diferencia entre el “iniciado” y el “médium” radica en que el primero tiene control sobre el proceso de evocación, mientras que el médium carece de esa posibilidad. La situación del médium con respecto al mundo paranormal es similar a la de la impresora informática que depende del ordenador al que está conectada y del programa utilizado. No es raro que en el mundo de los médiums, el no poder controlar el proceso de manifestación de lo paranormal, las disociaciones de personalidad, la locura y los suicidios sean monedas de uso corriente.
Es en un clima saturado por las prácticas ocultistas y por las búsquedas de Freud en el inconsciente, donde nace el surrealismo. El surrealismo tiene un carácter regresivo en relación al movimiento artístico inmediatamente anterior del que deriva, el dadaismo, frente al cual supone un paso atrás, una orientación hacia el mundo de lo que es puramente psíquico y automático como renuncia a penetrar en los espacios superiores que intuían Tristán Tzara y los dadaistas. El surrealismo realiza esta progresión por el inconsciente por distintos caminos, el más importante fue la escritura automática.
El automatismo surrealista es un estado de conciencia en el cual está ausente cualquier control ejercido por la razón y cualquier obstáculo socio-cultural. El escritor o el pintor surrealista deben liberar todo el bagaje mental “vertiéndolo” en su medio de expresión sin obstáculos de ningún tipo, y sin control consciente, ni autocensura alguna. Las palabras o los grafismos fluirán de su interior, permaneciendo su consciente en estado de total abandono y lo que se manifestará serán sus tendencias más íntimas, entendiendo por tales las que anidan en el inconsciente. Cualquier tipo de racionalidad es anulada y bloqueada al dejar las puertas abiertas a la total espontaneidad del inconsciente.
El descubrimiento se debe al líder y fundador del surrealismo, André Breton, el cual, hallándose en un estado intermedio entre el sueño y la vigilia, oyó resonar en su cerebro palabras que él definió como “pronunciadas entre bastidores”, definición que perfiló en su “Primer Manifiesto Surrealista”: allí refiere la sorpresa y el sobresalto interior de oír con toda nitidez, en ese estado intermedio que precede al sueño, una frase con toda claridad y sin relación alguna con la actividad desarrollada anteriormente, “frase que me pareció insistente, frase, me atrevería a decir, que
llamaba a la puerta”.
Bretón también tuvo experiencias visuales de este tipo y se planteó la posibilidad de provocarlas. Esto implicaba colocar su espíritu en estado de total receptividad. Evidentemente tal receptividad no era posible con el cerebro consciente ocupado en razonamientos y asociaciones de ideas, era preciso un “vaciado de la conciencia”; de esa manera, colocando neutralizando al espíritu y silenciando la conciencia, actuaría un automatismo que Bretón llama “dictado mágico”.
Es evidente que ocultistas y surrealistas están, no solo empleando los mismos términos -”escritura automática”-, sino hablando de lo mismo, la única diferencia entre ambos era la explicación que ellos mismos daban a estos fenómenos, explicación condicionada por un apriorismo fundamental que es el sistema en el cual quieren incluirla: para unos servirá para entrar en contacto con entidades descarnadas del mundo intermedio, para los surrealistas era cuestión de averiguar los procesos de la psique. Pero fuera de esto, es importante recalcar que unos y otros aluden a lo mismo; no es raro, por tanto, que algunos surrealistas participaran de escuelas ocultistas.
Breton jamás se afilió a ningún círculo esotérico si bien es cierto que ya en 1925 escribió una “Carta a los videntes” en el que se esforzaba por exponer los caminos a través de los cuales se podía acceder a lo sagrado sin penetrar en el terreno de las religiones. En dicha carta oponía los videntes a los “infames sacerdotes”. Breton, durante toda su vida estuvo preocupado por la astrología que conocía con cierta profundidad; solía hacerse él mismo horóscopos y levantar cartas astrales de sus amigos; estaba realmente obsesionado con la conjunción entre Saturno y Urano que tuvo lugar entre 1896 y 1898, año en el que nacieron Eluard, Aragón y él mismo; dicha conjunción según los astrólogos generaría “una nueva escuela”. Reclamó un estudio pormenorizado de la influencia de Neptuno y Urano sobre Baudelaire y el surrealismo. En el “Segundo Manifiesto Surrealista” escribió: “Sería de gran importancia que manifestáramos un serio agradecimiento hacia aquellas ciencias completamente desacreditadas hoy en día desde varios puntos de vista como son la astrología, entre las antiguas, la metapsicología entre las modernas. Se trata solo de abordar estas ciencias con el mínimo de desconfianza necesaria”.
También se sentía ciertamente atraido por la videncia. La revista “La Revolution Surrealiste”, dirigida por él, tenía una vidente titular, Madame Sacco, que era regularmente consultada por los miembros del grupo, entre ellos por el mismo Breton y, también con similar intensidad y fe, por el pintor alemán Max Ersnt. “El hombre debe recibir órdenes de lo maravilloso” escribió; la posibilidad de consultar el futuro a través de una vidente le parecía el medio más directo de entrar en “lo maravilloso” que así se coagulaba en “lo presente”.
La alquimia también ocupó parcelas del interés de Breton hacia el mundo paranormal. En particular la figura de Nicolás Flamel le causó viva sensación y, una y otra vez, volvió sobre éste famoso alquimista medieval; se paseó por las pequeñas calles del París antiguo que llevaban los nombres del célebre alquimista y de su esposa, Dame Perrenelle. Atravesó estas mismas calles y bebió en la “Taberna Nicolás Flamel”, en decenas de ocasiones, antes de llegar a la Torre de Saint Jacques, último resto de la iglesia de Saint Jacques de la Boucherie, que el fundador del surrealismo recorrió una y otra vez, intentando encontrar respuestas a sus cuestiones sobre “lo maravilloso”. Basilio Valentino fue otro alquimista cuya simbólica le causó una particular impresión pero hay en los escritos de Breton una confusión entre simbología alquímica y el concepto psicoanalítico de símbolo como arquetipo o reflejo del subconsciente. En 1948, cuando el editor Pauvert reeditó los dos textos de Fulcanelli, el alquimista del siglo XX, reverdeció en Breton el interés por la alquimia clásica; en escritos posteriores llegó a comparar las siete fases de la preparación del compuesto filosofal con las siete fases de elaboración de una poesía: destilación, solución, putrefacción, negrura, blancura, rojez, proyección. Bretón tenía sus propias ideas sobre alquimia, escribió: “Pido que se observe como las investigaciones surrealistas presentan una notable analogía en cuanto a sus objetivos con las investigaciones alquímicas: la piedra filosofal es lo que debería permitir a la imaginación del hombre tomar una brillante revancha sobre todas las cosas”.
En realidad, todas las opiniones de Breton en este terreno, están más cerca del ocultismo contemporáneo que de las ciencias tradicionales de las que hablan. En este sentido, lo que busca Breton, fundamentalmente es, lo “original”; lo que ofrecía la tradición era lo “originario”.
Los casos de surrealistas que pertenecieron a escuelas ocultistas son frecuentes. René Daumal, drogadicto a sus 20 años, miembro del grupo de discípulos del gurú y ocultista ruso Gudjieff; Daumal, muerto prematuramente en 1944, fue gran amigo y confidente de Dalí; su esposa, Vera Daumal, fue una de las generosas sostenedoras de los grupos de seguidores de Gurdjieff que todavía existen hoy. Daumal aprendió el sánscrito y se interesó por las filosofías orientales, pero el contacto con Gurdjieff le desvió por el camino del ocultismo. En el número 3 de la revista surrealista de nombre característico, “Médium”, Louis Pauwels y Jacques Bergier, publicaron sendas entrevistas con Gurdjieff demostrando que el interés de algunos miembros de esta corriente hacia el “gurú” ruso no afectó solo a Daumal.
En vida solo había publicado dos poemas y una serie de traducciones de textos zen. En 1952, ocho años después de su muerte, se publicó su relato inacabado “Le Mont Analogue” inspirado directamente por Gurdjieff, verdadero relato de su búsqueda espiritual.
Daumal pertenecía al círculo, “Le Grand Jeu” del cual Louis Pauwels, en su estudio sobre Gurdjieff nos dice que “consideraban la experiencia poética como experiencia mística”. A él pertenecieron Pierre Minet, Roger-Gilbert Lecomte, Roger Vaillant y Roland de Renéville. Minet permaneció durante un breve tiempo en los “grupos” de Gurdjieff de los cuales terminaría por separarse; explica su experiencia en una carta de cuatro folios en donde resume lo esencial de la técnica del gurú ruso y los motivos de su alejamiento del grupo. Gudjieff les decía. “Comience por penetrarse de la idea de que usted no es nada, no, ni siquiera un grano de arena en el desierto, nada, absolutamente nada” (…) “Usted puede ser todo. Usted puede ser. Unicamente, cuidado a la derecha, cuidado a la izquierda, atención, más atención, siempre atención, no se identifique con sus sensaciones, usted es como el niño que aprende a caminar !más despacio! !siga a la niñera”. Minet añade: “La niñera era yo; yo también,cómo no equivocarse?”.
Pero, en un momento dado ya no puede soportar la exigencia de la muerte de su personalidad para alcanzar la experiencia mística; puede decirse que Minet se asomó al ritual de la iniciación y atendió a su exigencia de “muerte del hombre viejo” previa a la exteriorización del hombre renovado, pero no pudo aguantar, como él mismo dice “tirar por la borda todo aquello que mejor nos caracterizaba. Nuestros gustos, nuestros más tenaces sufrimientos, nuestros apegos más caros, al mar. Francamente, era mucho. Demasiado” (…) “Yo me atrevía a preguntar: Pero, de todos modos, mis grandes hombres: Rimbaud, Lautrémont, Breton, sí, Breton también, los conservo, no es cierto? “)Conservarlos? )quiere hacer el favor de mandarlos a paseo? !todo es falso relumbrón!” (…) Por fin rompí. Me rehusaba a que me desvalijaran completamente. Y volví al fango. Se entiende que no oliera bien, pero olor por olor, prefería todavía el mío al del recién nacido. Por lo menos, estaba acostumbrado a él”. Gurdjieff había ideado un sistema, más próximo al budismo zen que al ocultismo contemporáneo; ciertamente realizaba concesiones a éste, pero lo esencial de su doctrina era fundamentalmente iniciática y exigía una muerte de la personalidad común para que aflorara un estrato más profundo del ser. Aquí radicaba el choque entre Minet que, con los surrealistas, hacía referencia al “subconsciente” (lo que está debajo de la conciencia ordinaria) y Gurdjieff y las escuelas sapienciales para las que se trataba de anular la personalidad común no en beneficio del subconsciente, sino para entrar en contacto con estados superiores conciencia. La incomprensión de este proceso es característica de todo el surrealismo; tanto Minet como otros muchos surrealistas prosiguieron sus “experimentos psíquicos” en círculos muchos más tranquilizadores para sus mentalidades pequeño-burguesas: fundamentalmente en conventículos espiritistas y mucho más habitualmente de manera dilettante en veladas sociales en las que la oui-jja, los Tarots, la astrología de consumo y la hipnosis, contribuían a colmar sus momentos de ocio.

Otros surrealistas centraron su atención en filósofos que unían cierta sabiduría tradicional desfigurada con los inicio de la teorización ocultista; tal es el caso de Swedenborg, cuyo nombre figuraba en la lista “oficial” de autores recomendados por el surrealismo con su libro “La Nueva Jerusalén”; Swedenborg teorizó una vía para la realización del ser basada en la iluminación interior mediante una ascesis místico. Malcolm de Chazal, poeta que luego pasaría al campo de la producción teatral, fue un exponente de esta corriente “swedenborgiana” en el seno del surrealismo, muy querida de Bretón en tanto que exponía con otras palabras el mismo recurso al automatismo. Algunas de sus composiciones -en particular los poemas contenidos en “Sens Magique” [Sentido Mágico], alcanzan las más altas cotas de misticismo dentro del surrealismo.
El caso opuesto fue el de Antonin Artaud, visitante habitual de los manicomios durante casi toda su vida, buscador frustrado de lo absoluto a través del mundo de las drogas psicodélicas administradas por los indios centroamericanos, cuya vida compartió durante algunos meses. Después de sus experiencias con los chamanes de Sierra Madre y con el peyote, de regreso a Europa, su cerebro se desorganizó completamente. Un largo peregrinaje de 9 años le llevó por los manicomios de toda Francia, recobrando la libertad pocos meses antes de su muerte. El caso de Artaud es significativo, su búsqueda de experiencias paranormales y su impulso interior hacia la trascendencia, perpetuamente insatisfecho le condujeron a soportar una creciente tensión interior que le desestructuró tras al experiencia del hongo alucinógeno. A través de él, Artaud encontró un método artificial para visitar paisajes interiores insospechados; pero la imposibilidad de permanecer en ellos, la ignorancia de los métodos tradicionales (meditación, zen, yoga, etc.), fuera de la droga, para provocar estas aperturas extáticas le condujeron al suicidio interior, la locura. Artaud compartía la frase poética enunciada por otro surrealista Paul Eluard y repetida tantas veces: “Hay otros mundos, pero están en este”. Artaud conoció estos mundos esporádicamente mediante la aventura del peyote, pero no encontró en su interior la llave que le daba acceso a ellos cuando el hongo quedaba al otro lado del océano.
Sorprende que -salvo Malcom de Chazal- todos estos surrealistas murieron tempranamente perdieron la razón. No es algo que pueda sorprender a quien conoce el mundo de los médiums: los abismos de la locura, se alternan diabólicamente con los suicidios prematuros, las muertes inesperadas y todo tipo de desgracias. Se diría que quien ha invadido el mundo desconocido de las fuerzas sutiles, el “mundo intermedio”, se expone a sufrir las consecuencias.
Visto en: http://zonadecaos.com/blog/?p=585

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Brion Gysin





El más exquisito artista underground: Brion Gysin; mago, inventor, neuronauta, poeta, y maverick de la mente
Autor: Lucio Montlune

Artista, mago, psiconauta, genio, estos son algunos de los adjetivos que me llegan a la mente cuando pienso en el buen Brion, en mi opinión uno de los personajes más elegantes del siglo XX. Su paradójica personalidad lo condenó a ser famosamente desconocido, o conocido para los famosos pero ignorado por las masas, tanto que a pesar de ser una de las mentes más brillantes del siglo pasado, su obra recibe, apenas hoy(20-7-2010) 24 años después de su muerte, la primer retrospectiva en un museo, el New Museum of Contemporary Art de Nueva York.
Poeta sonoro, escritor, pintor, performancero, e inventor, Gysin era ampliamente reconocido y querido en el círculo alter jet set de la segunda mitad del siglo XX. Entre sus amistades más cercanas se encontraban William Burroughs, quien utilizó la técnica de aleatoriedad literaria redescubierta por Brion conocida como “cut-ups”, el pintor Max Ernst, el siempre refinado David Bowie, Iggy Pop, Keith Hearing, y Paul Bowles, entre muchos otros.

Algún momento de principios de la mítica década de los sesentas, vio nacer a la hija prodiga de Brion: la maquina de los sueños. Este artefacto fotomelódico pasaría a convertirse en la aportación más preciada del polifacético creador. Frente al estímulo que nos convida, el cerebro responderá con multicromáticos paradigmas mentales que favorecen la concepción de nuevos planos de realidad (arte+ciencia/luz = desarrollo espiritual).
“Los sujetos reportan luces destellantes con inusual brillo y color. Elaboradas construcciones geométricas increíblemente intrigantes que se forman a partir de un mosaico multidimensional, y transmutan en bolas de fuego, como los mandalas del misticismo oriental, o se definen momentariamente en imágenes individuales y escenas poderosamente dramáticas como brillantes y coloridos sueños” reportó alguna vez William Burroughs sobre la experiencia .
Básicamente la Maquina de los Sueños consiste en un cilindro, que rodea un foco, con cortes que permiten un paso intermitente de la luz a través de ellos en sincronía con un movimiento giratorio. Montado sobre una base que gira a una velocidad de 60 rpm, el sujeto debe colocarse a unos 30 centímetros de distancia del cilindro con los ojos cerrados. Tras unos segundos o quizá un par de minutos, el cerebro en cuestión se sintonizará a una frecuencia de entre 8 y 16 Hz, con lo cual accederá a una plácida frecuencia de ondas alpha. Además del potencial psiconaútico de esta herramienta, resulta increíble que se puede desarrollar caseramente.
A continuación la crónica de un neuroexplorador amateur que se propuso construir una Máquina de los Sueños, como tributo a Gysin y a la expansión de su propia conciencia:

“Alguna vez me propuse construir mi máquina de los sueños. Una atmósfera involuntariamente ritual inundó el cuarto que serviría de taller galáctico. Y me enfrente a mi, me encontré envuelto en un sincero diálogo con mi propia dislexia. Vino el acto de cortar una cartulina, recortando huecos de acuerdo al patrón matemático que el instructivo me requería, los mismo huecos que terminarían por transformarse en compuertas fotónicas. A través de ellas la luz se liberaría, impactándome en el rostro, permeando mis ojos, coqueteando con mis neuroconexiones hasta detonar el esperado ritmo en las frecuencias cerebrales que me daría acceso a la dimensión alpha. Por momentos, tras varios cortes equivocados, el obstáculo pareció infranqueable, sin embargo, asumo que la nobleza de la empresa pudo más que la dislexia y eventualmente emergió, como pavorreal blanco o divina quimera, una máquina de los sueños hecha en casa.”
Hoy, a medio siglo del nacimiento de la primer maquina de los sueños, este objeto se ha convertido en una verdadera herramienta de culto para psiconautas, artistas experimentales, y amantes de la luz como detonador para experiencias que van más allá de la conciencia cotidiana. Sin embargo, la exposición “Dream Machine” New Museum of Contemporary Art de Nueva York, busca difundir la obra de Gysin más allá de este mítico artefacto giratorio, inductor de trances cinéticos, y del que por cierto se exhibe el diseño original. La retrospectiva nos muestra más de 300 pinturas, collages, y microcortometrajes, que hicieron de Brion Gysin, uno de los más lúcidos y discretos artistas de la corriente underground.
Laura Hoptman, curadora en jefe de este museo neoyorquino y organizadora de la exposición, nos dice “desde mi perspectiva Brion Gysin emergerá finalmente a través de esta retrospectiva, en plenitud, como el artista que realmente fue. Pero esta es sólo una visión sobre él. Y quizá algún día todos los músicos con los que convivió, las chicas con las que se acostó, y la gente que ha trabajado profundamente influida por él, terminarán por compartirnos se propio punto de vista”. Y ya en plano más íntimo Hoptman nos confiesa: “Su manera de trabajar ciertamente me habla. Atravieso fases en las que estoy escribiendo, construyendo, y luego tratándo de encontrar a alguien con un gato persa entrenado. Posteriormente, sin darme cuenta, me veo a mi misma sumergida en una cámara de privación sensorial buscando detonar una experiencia psicodélica”.

Considerado por Burroughs como “el único hombre al que realmente he respetado”, impulsado por un espíritu creativo y su afán por transgredir sistemáticamente los márgenes establecidos por la percepción cultural, Brion desarrolló una faceta alterna a la del artista alternativo y neuroexplorador: la magia. Fue a finales de la década de los 50´s cuando, en compañía de su entrañable amigo Burrougs, Brion dedicó buena parte de su tiempo a la exploración lúdica y mística con bolas de cristal, espejos, y otros recursos del ocultismo occidental, en busca del poder de la desmaterialización, algo que aparentemente consiguió a pesar de que algunos lo desacreditan por la enorme cantidad de narcóticos que solía tener, dispersados, a su alrededor. “Si quieres desaparecer… date una vuelta y te daré lecciones privadas” les decía a sus amigos. “Brion desaparecía justo enfrente de mis ojos durante periodos de entre 15 y 20 minutos” afirma Roge Knoebber, otro de los amigos de Gysin.
Nacido el 19 de julio de 1916 al sur de Inglaterra, en Buckinghamsire, y muerto setenta años después en Paris, el genial Brion encarna el más refinado linaje de los hombres que han cuestionado, con modales exquisitos, las fronteras de la determinante convención social, aquella que conocemos como realidad. Entre los bordes con brillo plateado, que separan, y unen, las disciplinas de la psiconaútica, el arte, la magia, el ocultismo, y la exploración genuina como filosofía de vida, ahí se encuentra sentado, en un trono piramidal, el espíritu del famosamente desconocido Gysin, underground maverick que nos recuerda que esto que escribo, y que tú probablemente estarás leyendo, es una simple y coqueta proyección que nos une en sincronía.
Tomado de : http://pijamasurf.com/2010/07/brion-gysin-el-famosamente-desconocido-creador-de-la-maquina-de-los-suenos/
Visto en: http://zonadecaos.com/Blog/?p=1073

Diciembre


Ana Cuéllar. 2010