Trágica es la existencia de aquel que muere sin haber conocido el motivo de su vida.
Cada uno de nosotros debe descubrir, por sí mismo, el sentido de su propia vida, aquello que lo mantiene prisionero en la cárcel del dolor. Ostensiblemente, hay en cada uno de nosotros algo que nos amarga la vida y contra lo cual necesitamos luchar firmemente.
No es indispensable que continuemos en desgracia, es impostergable reducir a polvareda cósmica eso que nos hace débiles e infelices. De nada sirve engreírnos con títulos, honores, diplomas, dinero, vano racionalismo subjetivo, consabidas virtudes, etc. No debemos olvidar jamás que, la hipocresía y las tontas vanidades de la falsa personalidad hacen de nosotros gentes torpes, rancias, retardatarias, reaccionarias e incapaces de ver lo nuevo.
Muchas gentes aunque viven, están de hecho muertas para todo posible trabajo sobre sí mismas, y por ende, para cualquier transformación íntima.
Son personas embotelladas entre sus dogmas y creencias; gentes petrificadas en los recuerdos de muchos “ayeres”; individuos llenos de prejuicios ancestrales, personas esclavas del “qué dirán”, espantosamente tibias, indiferentes, a veces “sabihondas”, convencidas de estar en la verdad porque así se lo dijeron, etc. No quieren esas gentes entender que este mundo es un “Gimnasio Psicológico”, mediante el cual sería posible aniquilar esa fealdad secreta que todos llevamos dentro.
Si esas pobres gentes comprendieran el estado tan lamentable en que se encuentran, temblarían de horror. Pero, tales personas piensan de sí mismos lo mejor; se jactan de sus virtudes, se sienten perfectas, bondadosas, serviciales, nobles, caritativas, inteligentes, cumplidoras de sus deberes, etc.
La vida práctica como escuela es formidable, pero tomarla como un fin en sí misma, es manifiestamente absurdo. Quienes toman la vida en sí misma tal como se vive diariamente, no han comprendido la necesidad de trabajar sobre sí mismos para lograr una “Transformación Radical”.
Tomado de la lección 2: Estudio del psiquismo humano.Introducción .Curso online del Círculo de Investigaciones de la Antropología Gnóstica (CIAG). 2006
Cada uno de nosotros debe descubrir, por sí mismo, el sentido de su propia vida, aquello que lo mantiene prisionero en la cárcel del dolor. Ostensiblemente, hay en cada uno de nosotros algo que nos amarga la vida y contra lo cual necesitamos luchar firmemente.
No es indispensable que continuemos en desgracia, es impostergable reducir a polvareda cósmica eso que nos hace débiles e infelices. De nada sirve engreírnos con títulos, honores, diplomas, dinero, vano racionalismo subjetivo, consabidas virtudes, etc. No debemos olvidar jamás que, la hipocresía y las tontas vanidades de la falsa personalidad hacen de nosotros gentes torpes, rancias, retardatarias, reaccionarias e incapaces de ver lo nuevo.
Muchas gentes aunque viven, están de hecho muertas para todo posible trabajo sobre sí mismas, y por ende, para cualquier transformación íntima.
Son personas embotelladas entre sus dogmas y creencias; gentes petrificadas en los recuerdos de muchos “ayeres”; individuos llenos de prejuicios ancestrales, personas esclavas del “qué dirán”, espantosamente tibias, indiferentes, a veces “sabihondas”, convencidas de estar en la verdad porque así se lo dijeron, etc. No quieren esas gentes entender que este mundo es un “Gimnasio Psicológico”, mediante el cual sería posible aniquilar esa fealdad secreta que todos llevamos dentro.
Si esas pobres gentes comprendieran el estado tan lamentable en que se encuentran, temblarían de horror. Pero, tales personas piensan de sí mismos lo mejor; se jactan de sus virtudes, se sienten perfectas, bondadosas, serviciales, nobles, caritativas, inteligentes, cumplidoras de sus deberes, etc.
La vida práctica como escuela es formidable, pero tomarla como un fin en sí misma, es manifiestamente absurdo. Quienes toman la vida en sí misma tal como se vive diariamente, no han comprendido la necesidad de trabajar sobre sí mismos para lograr una “Transformación Radical”.
Tomado de la lección 2: Estudio del psiquismo humano.Introducción .Curso online del Círculo de Investigaciones de la Antropología Gnóstica (CIAG). 2006
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