jueves, 25 de julio de 2013

Van Gogh: radiografía de un innovador



El Museo Van Gogh de Ámsterdam reabre sus puertas y celebra su cuarenta aniversario con una gran exposición, que presenta los últimos descubrimientos sobre su pintura y reúne cuadros de series míticas como Los Girasoles

Vincent Van Gogh es el prototipo de genio ignorado, que vive y desespera en la más miserable pobreza. Todo lo contrario a Picasso, que pasadas las primeras apreturas, pudo disfrutar del éxito en vida, aunque fuera tanto o más innovador que el holandés, a quien, por el contrario paradójicamente condenó su radical modernidad en la época equivocada en que le tocó vivir. 

Van Gogh era un experimentador incansable. Siempre estaba ideando nuevas formas de pintar. Solía extender finas capas de pintura, que moldeaba con un lápiz como si fuera barro y, con el raro uso de aceites diluidos, lograba una inusitada gama de colores, cuyo brillo primigenio, sin embargo, hoy se nos escapa por efecto de los barnices aplicados a sus pinturas. 

Habitación, por Van Gogh, 1888, Museo Van Gogh, Ámsterdam

Pero no es este el único rasgo de la pintura de Van Gogh que hemos perdido de vista. El Museo Van Gogh de Ámsterdam vuelve a abrir sus puertas, tras permanecer siete meses cerrado por reformas, y lo hace celebrando por todo lo alto su cuarenta aniversario con una gran exposición, que presenta unos 200 cuadros Van Gogh a la luz de las últimas investigaciones en torno a su proceso de trabajo. 

Entre otras cosas se ha descubierto que prefería pintar al aire libre y por ello en muchos de sus cuadros el óleo está mezclado con arena; que empleaba una cuadrilla para dotar de una mayor profundidad a sus composiciones; que reutilizaba sus lienzos, pintándolos por ambas caras, cuando no tenía dinero para comprar nuevos y que él mismo reparó los daños en un lienzo de su famosa Habitación empleando papel de periódico. Asimismo, el análisis de sus cuadernos de dibujo ha permitido dilucidar el proceso de aprendizaje del pintor. 

Todos estos hallazgos y materiales pueden apreciarse en la exposición Van Gogh en el trabajo, gracias a placas de rayos X y microscopios. Una muestra de gran envergadura (ocupa las cuatro plantas del museo) que transciende lo meramente expositivo para restituir al artista en su papel de padre de la modernidad en el arte, con prácticas esenciales para comprender su deriva en las décadas siguientes.

Es todo un evento además por reunir obras dispersas de series emblemáticas, como Los Girasoles o Habitación, confrontando las versiones del museo de Ámsterdam con las que, respectivamente, conservan la National Gallery de Londres y el Art Institute de Chicago. También por hacer regresar a Holanda, por primera vez desde 1930, el Retrato del Padre Tanguy, procedente del Museo Rodín de París.

Todo ello junto a obras de contemporáneos como Monet, Seurat y Gauguin, en una muestra que incluso recrea el lugar de trabajo de Van Gogh o una tienda donde bien podría haber adquirido Van Gogh los óleos que mezclaba en su paleta –se exhibe la única conservada, propiedad del Museo de Orsay de París- hasta alcanzar sus ahora reveladas tonalidades imposibles.

Más información: Museo Van Gogh Ámsterdam
Hasta el 12 de enero de 2013

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