Arte de parias, enfermos, outsiders... el Art Brut ha disfrutado de escaso predicamento como movimiento de vanguardia, poco más allá de su consideración de anécdota. De hecho, a excepción de Dubuffet, quien acuñó el término y abogó por la consolidación de esta tipología, no existen muchos más representantes de nombre conocido. Su base, sin embargo, no podría ser más atractiva: un arte surgido al margen de cualquier conocimiento previo artístico, un "arte puro", resultado de una expresión completamente libre. Ahora, una exposición en la Kunsthalle der Hypo-Kulturstiftung en Múnich (Alemania) ofrece una completa retrospectiva de la obra de Jean Dubuffet y la oportunidad de realizar un acercamiento a este arte "marginal". Fuera de los límites.
En los umbrales de la segunda mitad del s.XX Dubuffet, después de un periodo de investigación, acuñará el término "art brut" para hacer referencia al arte producido por aquellas personas que no habían sido "contaminadas" por ninguna clase de influencia ni academicismo artístico; personalidades las más de las veces al margen de la sociedad -enfermos, locos, ancianos, e incluso niños- cuya compresión estética era por completo innata. Con la apreciación de esta "corriente" se refundaban las bases de una pintura primitiva y la existencia de un artista en potencia en cada individuo; capacidad que, según Dubuffet, habría sido asfixiada en la mayor parte de los casos por las imposiciones de la sociedad. De esta manera, los únicos que realmente habrían podido dar rienda suelta a esta potencialidad serían aquellos que se encontraban precisamente al margen de ésta; todo aquel individuo exonerado de las exigencias sociales y con un gusto estético por completo virgen. Jean Dubuffet, pintor y escultor de origen francés notablemente influyente en el s.XX, descubrirá en hospitales y psiquiátricos un arte que daba respuesta a las dudas que el arte convencional le había hecho plantearse. Tras un periodo recorriendo sanatorios de Suiza, comenzará su propia colección de Arte Bruto y, a partir de este momento, no sólo él mismo se adentrará en la corriente sino que hará todo lo posible por categorizarla mediante la difusión y el coleccionismo. Su obra se caracteriza por la síntesis de diversos materiales, un expresionismo de corte naïf muy intrincado, que roza la perturbación, y la limitación cromática que aplicará en sus grandes esculturas. Hay que destacar la existencia, junto con Dubuffet, de unos pocos representantes más del art brut de nombre conocido, como Robert Tatin o Adolf Wölfli, así como el crecimiento posterior que su nomenclatura conocerá en la forma de una ampliación genérica: arte marginal, un término que acogerá cualquier manifestación artística generada fuera de la cultura oficial.
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Boletín número 158 de Artelista.com
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