Publicado: 3 Julio 2012
Durante cinco días, Lal Bibi, una joven afgana, estuvo secuestrada, amarrada a un muro, y fue torturada y violada por un grupo de policías en Afganistán. Pero ella está dispuesta a defenderse, actuando en contra de lo que la sociedad espera de las mujeres afganas. Si apoyamos su lucha ahora, podremos ayudar a que Lal Bibi y las demás mujeres en Afganistán obtengan justicia.
Según algunas reglas culturales arraigadas localmente, Lal Bibi ha sido deshonrada porque fue violada sexualmente. Ahora, debe suicidarse. Ella ha manifestado públicamente que así lo hará a menos que sus violadores sean llevados ante la justicia y que su honor y dignidad sean restablecidos. Normalmente, los tribunales de Afganistán no persiguen este tipo de casos, y por ahora los principales sospechosos de la violación no han sido procesados, quizás esperando a que se diluya la atención internacional. Con cada día que pasa sin que los culpables sean arrestados, Lal Bibi se encuentra más cerca del suicidio forzoso. Pero aún hay una luz de esperanza.
Este fin de semana, EE.UU., Japón, el Reino Unido y otros grandes donantes esperan comprometer cuatro mil millones de dólares para Afganistán. Parte de este dinero servirá para pagar el sueldo de las mismas fuerzas policiales responsables de la violación de Lal Bibi. Pero una protesta ciudadana global ahora puede poner en evidencia a los donantes, y forzarles a poner como condición de su ayuda la toma de acciones concretas para proteger a las mujeres y combatir las agresiones sexuales. No tenemos mucho tiempo por delante. Firma la petición para exigir los cambios que podrían salvarle la vida a Lal Bibi. Nuestra petición será entregada durante la conferencia de donantes en Tokio:
https://secure.avaaz.org/es/justice_for_lal_bibi_c/?bsIaIab&v=15760
Las costumbres locales en algunas partes de Afganistán establecen que las mujeres pierden su honra si son violadas y que deben matarse para restaurar el honor de su familia. Sorprendentemente, Lal Bibi y su familia están luchando para salvar su vida, exigiendo el castigo de sus torturadores y buscando que las autoridades y la sociedad le echen la culpa a los autores de la violación y no a ella.
Las fuerzas de la policía afgana, responsables de esta agresión, dependen en gran medida de la financiación internacional que será acordada este fin de semana durante la reunión de los principales donantes de Afganistán en Tokio. Los países donantes pueden y deben exigir que esos fondos no se utilicen para fortalecer un cuerpo de policía que actúa con tal flagrante impunidad. Por el contrario, los policías deben estar ahí para defender a las mujeres, ¡y no para atacarlas!
Hay cientos de mujeres y niñas por todo Afganistán que están sujetas a la justicia tribal que ahora se le trata de imponer a Lal Bibi. Miles de ellas están ahora siguiendo este caso con mucha atención para ver la reacción del gobierno afgano y del mundo, ante la lucha de esta joven que se niega a quedarse callada y morir en silencio. ¡Apoyémosla! Firma la petición de abajo y comparte esto con todos tus amigos:
https://secure.avaaz.org/es/justice_for_lal_bibi_c/?bsIaIab&v=15760
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