El pasado domingo, la policía boliviana usó gas lacrimógeno y garrotes para reprimir a hombres, mujeres y niños indígenas que están marchando en contra de una mega carretera ilegal, que cortaría en dos un área protegida de la selva amazónica. Tras el incidente, Bolivia se ha visto inmersa en una grave crisis. La Ministra de Defensa dimitió en repulsa a la violencia policial, y después le tocó el turno al Ministro de Interior. Además, los bolivianos están tomando las calles en señal de protesta por todo el país, y el presidente Evo Morales se ha visto obligado a suspender temporalmente la construcción de la controvertida carretera. Aun así, algunas poderosas compañias extranjeras ya se están repartiendo esta importante reserva natural. Pero si ahora el mundo se une a estos valientes indígenas, podremos lograr que la carretera siga una ruta diferente, y se garantice la protección del Amazonas.
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